[...] y por esto tenian razon los que llorauan el nacimiento de los hijos, y celebrauan con musica de ministriles sus entierros. Y desto vltimo quedò algun rastro en la Palestina, donde se vsauan estos tibicines, como consta de san Matheo, donde se entiende que seruian en lugar de los cantores, y tañian en tonos lugubres.