Assi pues en la Musica, no siendo basta[n]tes (como no lo son) seys vozes para cumplir de numeros sonoros el diapasson, que consta de siete, y llegar a la octaua compuesta del vnisonus: es forçoso suplir la septima voz con alguna de las precedentes, diziendo en el ascenso : vt, re, mi, fa, sol, re, mi, fa, y en el descenso fa, mi, la, sol, fa, mi, re, vt. Y como faltan las vozes á Bequadrado no se puede hazer transito à Bemol (lo qual es principio sin controuersia) de aqui se originaron las mutanças, que consisten formalissimamente en transito de Bequadrado à Natura, ò de Bemol á Natura, y al contrario; y en mutacion de vnas vozes en otras, como del la en re ò mi para el ascenso, y del mi, ò re en la para el descenso. De donde procediò auqella reglilla comun de las mutanças. vt, re, mi, para subir: fa, sol la, para baxar [...]
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