Pasadas las fiestas ya dichas, por quanto Pedro de Alfaro e Teresa Mexia, vna donsella, criada e parienta de la señora condesa, estavan desposados, ordenó que se velasen e después de le aver dado muy rico e gentil axuar, y los novios aver vestido de muy finas sedas e paños de lana, mandó conbidar todos los señores de la yglesia mayor, e los cavalleros, justiçias, regidores e jurados e escuderos e dueñas e doncellas de la dicha çibdad. Domingo que fueron quinze días deste dicho año [1462] partieron de la posada del dicho señor condestable, levando él la novia de braço, e la señora condesa, con muchos tronpetas e chirimías; e fueron a la yglesia mayor de Santa María, bolvióse con los novios para su posada, do estavan las mesas e aparadores en punto [...].