D.BELA: [...] Cien ojos tenía aquel pastor de Ovidio, y todos se los durmió con su encantada música Mercurio_ y por eso agora los pavones [...] en oyendo cantar, se alteran_ que piensan que vienen a matarlos. –DOROTEA: Con vos a lo menos ya no importará guardar los ojos, si podéis robar los corazones por los oídos.-D.BELA: No es mi entendimiento capaz de tanta dicha que halle vuestra atención dispuesta a la música de mis palabras. [...]