Resta agora que prouemos la vltima parte de las tres que propusimos a saber la suauidad y deleyte que de la Musica resulta, la qual reciben, no solo los que la oyen, pero aun los que la hazen, que esta excelencia tiene esta arte entre las demas que no es ministra de ageno contento, sino que primero le recibe en si, y mayor por ser mejor entendida de los que la professan que de otros, y en esta parte que toca al deleyte nos deternemos [sic por detendremos] menos q[ue] en las passadas, pues lo que los sentidos experimentan no es menester que la razon lo prueue [...].