Y assi todos los cuerdos sienten, q[ue] la arte en componer la razon, sirve no solo para deleitar, sino para mover. Lo primero, porque nada puede entrar en el afecto, si ofendiendo a las orejas, ellas le cierran la puerta. Lo otro, porque la armonia, tiene secreta mano con nuestros afectos, como se vè en el instrumento, en quien sin palabras nos mueve lo numeroso; quanto mas en las razones cuerdas. Quizà les dà este nombre nuestro idioma por la consonancia, con que acordadamente templa[n] nuestros afectos al concordar con la razon.
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