No solamente la gente hidalga y bien nacida se exercita en la Musica, mas tambien las personas illustres procuran saber poco ò mucho della; como muy bien se saue con quanta gracia cantaua al libro el Conde Nicolas de Arcos: y quan dulcemente cantaua el falsete en el Laud el Conde Ladouigo Martinengo: y con quanta suauidad canta vn Baxo de camera el Conde Marco Antonio Villachara. Assimesmo à diuersos professores es manifiesto quan buenas son las obras Musicales de D. Geronimo Branchiforte Conde de Camerata, y las de D. Carlos Gesualdo Principe de Venosa: y quan harmoniosos son los Madrigales que compuso D. Alexandrr Gonzaga (de felcice rec ordacion) Duque de Mantua: y finalmente docta y acabada es la Lectura musical de Don Andres de Aguauiua Duque de Atri. Muchos otros Caualleros y Principes huuo tambien (y todauia los ay) en Italia los afficionados à la Musica por extremo, que si yo me quisiesse poner à contarlos, primero me faltara tiempo, que palabras.