[…] començó Arsenio a loar mucho el tañer y cantar de su hijo Arsileo, por dar ocasión a los que con él estavan le rogassen que embiasse por una harpa a casa y que alli tañesse y cantasse porque estava en parte que yo por fuerça avía de gozar de la música. Y como él lo pensó, ansí le vino a suceder porque siendo de los presentes importunado, embiaron por la harpa, y la música se començó. Quando yo oy a Arsileo y sentí la melodía con que tañía, la soberana gracia con que cantava, luego estuve al cabo de lo que podía ser, entendiendo que su padre me quería dar música y enamorarme con las gracias del hijo.