Después de alçadas las mesas, entraron tres nimphas por una sala, una de las quales tañía un laúd, otra, una harpa y la otra, un psalterio- Venían todas tocando sus intrumentos con tran gan concierto y melodía, que los presentes estavan como fuera de sí. Pusiéronse a una parte de la sala y los dos pastores y pastoras, importunados de las tres nimphas y rogados de la sabia Felicia, se pusieron a la otra parte con sus rabeles y una çampoña que Selvagia muy ducemente tañía. Y las nimphas començaron a cantar esta cancióm y los pastores a respondelles de la manera que oyréis:/Nimphas/Amor y la fortuna/Autores de trabajo y sinrazones [...]/