En invierno se levantarán [los mozos de coro] a las seis y media y en verano a las cinco de la mañana, diciendo primero las cuatro oraciones de la iglesia en tono, de manera que todos lo entiendan, que son Padre nuestro, Ave María, Credo y Salve Regina […] y luego se les dará la lección de canto […] En verano, hasta la hora de acostarse, se les han de dar lección de cantar […]. El sochantre que fuere semanero, el sábado repartirá los oficios que cada mozo de coro ha de hacer la semana siguiente a las horas diurnas y nocturnas […]. Los maestros de canto y gramática serán los que el Cabildo señalare.