[...] y como si dixessemos niñez del genero humano, no huuo eloquencia, ni se ente[n]dio, ni conocio, sino q[ue] por medio de la Musica: cuyos effectos obraron en la tierna edad, como arriba diximos se ablandaron los hombres, y començo a entrar en ellos la humanidad y amor; y a q[ue]rer ser regidos y gouernados por razon y viuir en ciudad con leyes y concierto.